Estaba sentada pensando que, tal vez, si cerraba los ojos
y los volvía a abrir dejarían de estar empañados y empezarían a ver con
claridad. Pensé que, tal vez, si lo deseábamos mucho, si nuestro corazón de
verdad estaba en lo cierto, las cosas podían ser de otra manera. Pero no fue
así.
Estaba sentada mirando la lejanía, la misma que siento
cuando pienso en ti, nos separan mil años luz, sin separarnos nada a la vez, y
pensé que no quería rendirme, que todas las batallas que merecen la pena llevan
consigo un largo recorrido.
Pensé que podía perder, que entre las múltiples opciones,
una es perder pero también podía ganar. Pensé que el 50% no depende de mí, que
quizás me estoy equivocando. Pensé tantas cosas… sin encontrar ninguna respuesta
de ningún tipo.
Que sólo pude llegar a conclusiones como: paciencia,
entereza, lucha, fuerza, valor…
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