1.10.15

Ya de ya

No siempre elegimos lo que queremos realmente. Elegimos con la cabeza y, a veces, un poco con el corazón. Los estudios no determinan tu futuro, únicamente lo complementan. Estudiar algo concreto es igual a elegir sin jamás limitarte a hacer otras cosas, a ser quien quieres ser.
El futuro se construye piedra a piedra. Lo construyes en tu día a día. No siempre se puede hacer perfecto pero se puede intentar. Hacer las cosas bien no cuesta una mierda, como diría mi madre.
Hacer las cosas que uno de verdad quiere, cuestan bastante más. A veces por falta de impulso, otras es la excusa del tiempo y la mayoría de veces es la ausencia de resultados. Queremos que todo sea ya, y cuando me refiero a ya es a ya de ya. Y todo lo que merece la pena, cuesta. No es un mito, es la realidad. La paciencia, el esfuerzo y el tiempo son el único secreto.
Me siento inútil pensando que lo que hago no es realmente lo que quiero hacer, luego pienso y me doy cuenta que me hace feliz, y si me hace feliz, ¿dónde está el problema? Y el problema está en el ya de ya.
Mi madre siempre me lo ha dicho que la paciencia no es una gran virtud que me caracterice, al revés, carezco totalmente de ella. Pero la realidad es que no puedo esperar un resultado que no impulso nunca del todo. Impulsarlo a ratos no sirve, debe ser constante.

Es como querer tocarlo todos los días, sin llegar a hacerlo nunca. Es sentirse flotando durante unos minutos y volver a la realidad poco después. Es la idea de que si quiero, lo puedo conseguir. Y no a medias, del todo.


A mi yo de ahora:
no te rindas, 
simplemente hazlo.

I.



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