2.6.15

y nunca acabó siendo demasiado tiempo...

Nada dura para siempre y nunca acabó siendo demasiado tiempo.
Hay una pequeña línea que separa las decisiones y las palabras, porque predicar con el ejemplo es fácil, pero hacerlo de verdad es un conflicto de intereses entre pensar que se debe cambiar de corazón y  desear realmente hacerlo.
Es esa pequeña línea la que bordea constantemente nuestros pasos, mirándonos a los ojos intensamente y retándonos en todo momento.
Es la que nos repite, a sabiendas: ¡Mira que te lo dije! A la próxima me haces caso. Sabes que está ahí, rogándote que, cada día, seas un poco mejor sin dejar de ser quien eres.
Es el límite entre ser lo que eres y lo que podrías ser.
Es el reto a superar durante toda tu vida.
Es el cambio que llama a tu puerta todos los días pero que no siempre decides abrir, pero como el cartero… siempre llama dos veces.
Es el suspiro de última hora cuando decides que ya está bien.
Es todo lo que lograremos ser si, poco a poco, decidimos empequeñecer el espacio entre el ahora y el mañana.
Es sembrar para poder recolectar grandes momentos que podamos recordar sentados frente al lugar preferido en nuestra vida, en aquel en el que nuestro corazón se encuentre.


Es la línea que separa el miedo y hacer posible lo imposible.

"Es la vida de puntillas... cogiendo carrerilla"


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